El consumo casi siempre ha constituido la base de las recuperaciones económicas, y en esta ocasión no lo va a ser menos.
“Sólo la vacunación masiva abrirá el camino a la normalidad que deseamos”. Así de tajante se mostraba recientemente el presidente del Gobierno español ante el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo. Esta afirmación, que es perfectamente válida para cualquier nación, lo es todavía más para España, que vive por y para el turismo, y por ese motivo hemos sido uno de los países económicamente más perjudicados del mundo a causa de la pandemia.
“Año de nieves, año de bienes”, es un clásico del refranero español que esperamos que en algún momento de 2021 se haga realidad, porque lo estamos necesitando después de tantas fatalidades acumuladas. Pero la realidad es que el comienzo de año no ha sido el más idóneo para que se cumpla el refrán, dados los cuantiosos daños que ha ocasionado la borrasca Filomena.
Aunque llega con cuatro meses de retraso, lo importante es que desde el pasado 20 de octubre ya está disponible la aplicación digital que permite presentar telemáticamente solicitudes de la ayuda estatal correspondiente al Plan Renove 2020 al comprar automóviles más limpios y seguros.
No hay que darle más vueltas, gobiernos, economistas, organismos internacionales y consumidores coincidimos, como no podía ser de otro modo, en que la pandemia ha echado por tierra este año buena parte de las planificaciones, inversiones, estrategias, crecimientos, estadísticas y, lo que es peor, la CONFIANZA de todos.
Si miramos las estadísticas económicas generales, es evidente que los datos son poco alentadores debido a la situación tan excepcional que actualmente vivimos. Índices de PIB en caída, pérdidas de empleo constantes y bajadas importantes del consumo. En este último apartado, el Observatorio DBK de Informa acaba de hacer públicas sus cifras del nuevo crédito al consumo concedido por las entidades financieras en 2019, un total de 37.170 millones de euros, lo que representa un 3,3% respecto a un año antes.
Se acabó el verano, y este año también hemos vuelto todos “al cole”. Los niños a sus escuelas y los adultos a sus trabajos, a pesar de vivir en una situación tan diferente y excepcional. Acabamos de iniciar el primer intento en bloque de volver a instaurar poco a poco la normalidad, aunque sea de manera distinta y progresiva, con las “barreras” necesarias y con enormes precauciones.
Es evidente que la pandemia que afrontamos está modificando todas las estadísticas de la economía mundial, y especialmente las relativas al consumo, debido a los confinamientos o a la menor movilidad de las personas. No obstante, poco a poco se irán recuperando los hábitos y necesidades de la sociedad hasta restablecerse la normalidad.
Es la pescadilla que se muerde la cola, y no se le puede dar más vueltas: sin aumento del consumo no hay crecimiento económico. Acabamos de recibir un enorme jarro de agua fría al conocer las previsiones de la OCDE sobre la economía mundial, y más en concreto sobre la de España, a la que ha situado en cuarto lugar como la más afectada por la crisis causada por la Covid-19. Y, lo que es peor, será la que más sufra si se produce un rebrote de la pandemia.