La cuesta de enero es el nombre que recibe el alza en los precios que suele acompañar cada inicio de año. Tradicionalmente, en el 1 de enero se suelen aplicar las subidas de los servicios más habituales de la familia, por lo que se inicia el año teniendo que asumir un coste más elevado de la vida.
Cuando te dispones a firmar una hipoteca, lo más habitual es que la entidad prestataria proponga la contratación de un seguro. Si bien, no es obligatorio la contratación de este tipo de productos financieros, también es cierto que en la mayoría de las ocasiones, la contratación del seguro supone una rebaja en el diferencial del tipo de interés que se aplica, por lo que suele resultar interesante.
La costumbre de no hablar de dinero delante de los niños ha quedado desfasada. Al contrario, a los niños hay que inculcarles el valor del dinero y, sobre todo, el del ahorro como el camino adecuado para la consecución de sus objetivos.
“Yo de finanzas sé poco”. Lamentablemente, esta respuesta sigue siendo demasiado habitual entre los ciudadanos, a pesar de la importancia de saber gestionar nuestro dinero para asegurar la tranquilidad financiera de las familias.
Un año más, llega nuestra cita obligada con la Agencia Tributaria, una acción que puede ser enojosa en muchos aspectos, pero que resulta de vital importancia para contribuir a constituir un país socialmente responsable.
Desde que dejamos atrás el trueque, el dinero se ha convertido en la sangre que permite que la economía avance. Pero esa savia se ha transformado a lo largo del tiempo, de las pesadas monedas se pasó a billetes de papel, y de ahí, a las tarjetas de crédito que encerraban mil posibilidades con simplemente acercarla al TPV de turno.
Los inicios de año suponen una verdadera cuesta arriba para los ciudadanos, después de los muchos gastos realizados durante las fiestas pasadas. El mes de enero obliga a pisar el freno para tratar de compensar todos los excesos de las Navidades.
Si las autoridades y organismos competentes no consiguen acelerar e implementar todas las medidas pertinentes para frenar la inflación, la economía del consumidor se podría colapsar.
La incertidumbre se ha establecido en todos los ámbitos económicos porque nadie es capaz de predecir cuánto va a durar el terrible conflicto armado, hasta cuándo será capaz Rusia de aguantar las sanciones económicas que ya le han impuesto Europa y Estados Unidos, ni tampoco hasta dónde se extenderán éstas.