.png)
Los números, cuando se analizan fríamente sin estudiar el trasfondo que los conforma, pueden desvirtuar la realidad, esto es lo que está sucediendo en buena medida con las ventas en el sector de la automoción, en el que hay mucha más demanda de la que las estadísticas mensuales nos indican.
Los números, cuando se analizan fríamente sin estudiar el trasfondo que los conforma, pueden desvirtuar la realidad. Y esto es lo que está sucediendo en buena medida con las ventas en el sector de la automoción, en el que hay mucha más demanda de la que las estadísticas mensuales nos indican.
Si atendemos únicamente a los datos aportados por las estadísticas, observamos que en los nueve primeros meses de 2021 se han vendido 647.955 automóviles nuevos, que suponen un 8,8% más que hace un año, pero un 33% menos que en 2019, antes de que estallara la pandemia. Y la patronal de fabricantes (Anfac) prevé que el descenso final de 2021 sea de un 25% respecto a 2019, hasta situarse en las 900.000 unidades.
Ahora bien, no se puede afirmar tajantemente que esa caída se debe exclusivamente a la falta de demanda causada por la crisis económica del covid 19. Sobre todo, cuando las fábricas de automóviles trabajan al ralentí, con paros programados o con ERTEs por la falta de suministros de microchips que se registra desde hace un año.
El gran aumento de componentes electrónicos que utilizan los coches actuales, sobre todo los eléctricos, y la mayor venta de ordenadores a consecuencia del teletrabajo ha ocasionado un desajuste total en el mercado entre oferta y demanda. Todo esto sin olvidar las guerras comerciales existentes con Asia, de donde proceden casi el 70% de esos componentes que emplean las fábricas de automoción. Ante eso, algo tendrá que hacer Europa, continente en el que la industria de los chips se ha visto reducida a la mitad en los últimos diez años, según la Asociación Europea de Componentes de Automóviles (Clepa).
La consultora IHS Markit pronosticó recientemente que este año se van a producir entre 6,3 y 7,1 millones de vehículos menos en todo el mundo por la falta de microchips. En la Unión Europea se matricularon sólo 718.598 unidades el pasado mes de septiembre, la cifra más baja registrada en este mes desde 1995.
En España, esa escasez de componentes habría originado que se ensamblaran unos 130.000 vehículos menos en los seis primeros meses de este año, según las cifras facilitadas por el sector al diario Cinco Días. Los concesionarios cada vez tienen que prolongar más las fechas de entrega a los compradores y se ven incapaces de atender a toda la demanda.
La escasez de producción es tal, que algunas compañías de renting se atreven a afirmar que, si el suministro de flotas no se hubiera ralentizado por la falta de microchips, ya se habrían igualado las cifras del año 2019. En ese sentido, hay compañías de renting que se están planteando prolongar los contratos al no tener automóviles de recambio al finalizar el periodo establecido. Pero a pesar de eso, la inversión en vehículos de renting se elevó a 4.138 millones hasta septiembre, lo que supone casi un 40% más que hace un año.
Lo que nadie se atreve a vaticinar con precisión es cuándo se concluirá con esta falta de componentes electrónicos. Mientras esto se produce, hay que ser positivos y destacar que sí existe demanda, que ésta va en aumento y que lo deseable es que los fabricantes dispongan cuanto antes de los chips necesarios para normalizar su producción.
Mientras, Sofinco se mantiene al servicio de los consumidores para proporcionarles la financiación que necesiten para la adquisición de vehículos nuevos o usados, con un periodo de hasta diez años, con precios competitivos, de forma clara y transparente.
