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Si hay una cuestión clave en el plan de recuperación español, es sin duda el foco que se pone en la creación de empleo, sobre todo para afrontar el desempleo juvenil con una mayor formación y cualificación de los menores de 30 años, para que estén preparados ante los nuevos retos laborales.
La cuenta atrás para que España ponga en marcha su programa de recuperación ha dado comienzo. La Comisión Europea nos ha entregado ya el documento en el que ratifica su aprobación para poner en marcha 416 objetivos fijados para que se nos otorguen 69.500 millones de euros en subvenciones, y si nuestros dirigentes lo consideran oportuno, pedir préstamos en condiciones ventajosas por una cantidad similar.
Es el primer paso para dar un giro a la economía española en los próximos seis años y transformarla en “más verde, más digital y más resiliente”, según manifestó la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
A priori resulta apasionante ser testigo de las enormes reformas que se van a poner en marcha para desarrollar principalmente diez proyectos clave, entre los que destacan el de la movilidad y el coche eléctrico, a los que irán destinados nada menos que 13.200 millones de euros, así como los de eficiencia energética, el uso de energías renovables, modernización del turismo, etc.
Pero si hay una cuestión clave en el plan de recuperación español, es sin duda el foco que pone en la creación de empleo, sobre todo para afrontar el desempleo juvenil con una mayor formación y cualificación de los menores de 30 años, para que estén preparados ante los nuevos retos laborales.
A lo largo de toda la pandemia hemos podido comprobar en estadísticas, encuestas, proyecciones económicas y previsiones a futuro, que el consumo es la principal fuente de energía de la que se nutre nuestra economía. Por tanto, es importante que se vayan incorporando a la cadena nuevos consumidores no sólo para mantener esas estadísticas de consumo en los términos anteriores a la pandemia, sino para que vayan aumentando cada año.
Si existe una mayor facilidad de consecución de empleo para la población joven, el motor del consumo continuará funcionando y mejorando sus prestaciones, de lo contrario se ralentizará paulatinamente.
Asimismo, la formación y cualificación de los jóvenes adecuada hacia las reformas que se avecinan contribuirá a que España sea más competitiva. Resulta decepcionante que en el último Ranking de Competitividad Mundial elaborado por el Institute for Management Development (IMD) nuestro país haya descendido tres posiciones hasta ocupar el puesto 39 de los 64 países analizados.
Al margen de los indudables efectos de la pandemia, entre las causas de este descenso se alude a la escasez de la digitalización y a la calidad del empleo y del paro juvenil. Son dos puntos importantes que ya hemos mencionado antes, y que por tanto podrían tener solución si las previsiones del plan de recuperación se llevan a cabo en los términos expuestos ante la Comisión Europea.
Se avecinan tiempos de cambios y de progreso, y en Sofinco estamos preparados para poder ayudar a esos jóvenes que pronto se van a reincorporar al mercado laboral o que van a conseguir mejorar por estar más cualificados. Con los préstamos personales de Sofinco pueden financiarse productos para el hogar, para el ocio o para la adquisición de automóviles, entre otras cosas. Y para estar a la altura tecnológica de estos jóvenes, Sofinco cuenta con procesos digitales que permiten identificar al cliente y realizar la firma del contrato desde cualquier tipo de dispositivo.
