Una sociedad tenaz en pro de la recuperación

Desde que estallara la pandemia hace dos años, y como consecuencia se desplomaran todos los índices económicos, el empleo, el consumo, etc. la economía, en su tortuosa proyección hacia la recuperación, no para de sortear obstáculos que, uno tras otro, se interponen tozudamente en su camino.

Cuando no se trata de una nueva ola de Covid, es la escasez de suministros, y si no la inflación o los precios energéticos y ahora la amenaza de un conflicto bélico. Son, todos ellos, palos en las ruedas que hasta ahora han impedido una trayectoria serena y equilibrada para recuperar la estabilidad económica. Pero las ganas, el empeño y la tenacidad de la sociedad en recuperar la normalidad son tan persistentes, que fuerzan a la economía a avanzar, aunque sea a tirones, reflejados en un índice que es gráficamente lo más parecido a una montaña rusa a la que por el momento no se le divisa el fin.

Empezamos este año con un ligero optimismo por parte de la Comisión Europea en lo referente al crecimiento del PIB español, un 5,6% para 2022, una décima más de lo que preveía dos meses antes. Esa era la de cal. La de arena nos la daba a continuación: prevé un aumento de los precios del 3,6% en España para este año, no el 2,1% que había anticipado en noviembre. Y esto último es muy relevante para la capacidad de gasto de los consumidores. Sólo hay que observar las cifras que los expertos dieron en torno a lo ocurrido en 2021.

En ese sentido, el director de coyuntura económica de la Funcas, Raymond Torres, manifestaba públicamente hace unas semanas, que los españoles habían conseguido el año pasado ahorrar 41.822 millones de euros, con lo que la cifra total que atesoran en los bancos suma un total de 958.897 millones.

Ahora bien, la inflación media del año pasado se situó en el 3,1%, con lo cual de esos 41.822 millones de euros ahorrados es como si hubieran “desaparecido” de golpe 1.296 millones. Y ahí no queda todo, porque la inflación no sólo disminuye el ahorro acumulado, sino que también reduce la capacidad de adquisición de los consumidores. Según los datos facilitados por Funcas, la capacidad de compra de los españoles se habría visto reducida el año pasado en nada menos que 11.000 millones de euros.

Pero a pesar de esas cifras, la confianza del consumidor español no para de crecer. Así lo hizo en enero pasado, cuando se situó en los 89,3 puntos, ocho más que en diciembre. Un crecimiento debido a que la valoración de la situación actual subió 3,7 puntos respecto a un mes antes y a que la valoración de las expectativas ascendieron 12,3 puntos. Si comparamos la confianza del consumidor de este mes de enero con el del año pasado, el incremento es de 33,6 puntos. Esperemos que estas buenas perspectivas no se vean ahora truncadas por la amenaza bélica latente, y que la recuperación económica pueda asentarse definitivamente.

Eso es lo que deseamos desde Sofinco, para que los consumidores puedan abordar con tranquilidad sus expectativas y proyecciones de futuro. En ese camino nos encontrarán para ayudarles en sus necesidades de financiación para la compra de automóviles nuevos o usados, para la renovación de elementos de su hogar y para satisfacer muchas otras necesidades que se les presenten. Pero siempre desde la transparencia, la claridad y la confianza.