La locura bélica emprendida por Putin en Ucrania continúa elevando la terrible cifra de víctimas mortales. Asimismo, la guerra ha destrozado todas las perspectivas de recuperación económica inmediata que vaticinaban los expertos y organismos internacionales, sometiéndola a una ralentización que será proporcional a lo que dure la invasión rusa.
De momento, el Banco de España ya ha recortado sus pronósticos sobre el crecimiento del PIB español tanto para este año como para el próximo situándolos en el 4,5% y en el 2,9%, en lugar del 5,4% y del 3,9% que había vaticinado antes. Y todo esto con una inflación disparada hasta casi el 10% al menos hasta el próximo mes de junio. Una situación insostenible para los consumidores que hay que atajar como sea.
Esas perspectivas han echado por tierra el Índice de Confianza de los Consumidores (ICC), que en el mes de marzo sufrió una caída de nada menos que 36 puntos respecto a febrero, la más alta intermensual registrada en toda su serie histórica y que la ha situado en los 53,8 puntos, frente a los 89,8 que registraba un mes antes.
Las mismas caídas históricas han sufrido el Índice de Situación actual, que ha descendido 31,4 puntos hasta situarse en los 49,5, y el Índice de Expectativas, que retrocedió 40,5 puntos en el último mes para establecerse en los 58,1 puntos.
Pero esta situación, como es lógico, no sólo es a nivel del consumidor español, la guerra también ha destrozado la confianza de los europeos, puesto que el índice de confianza de los consumidores de la zona euro ha tocado la cifra más baja desde mayo de 2020, en la plenitud del Covid-19.
Lo más dramático es que los políticos, la Comisión Europea, la ONU y todo tipo de mediadores no consiguen dar con la clave para convencer al líder ruso de que pare su locura ofensiva que está regando Ucrania de cadáveres civiles, de destrucción masiva y de pobreza, al tiempo que siembra la incertidumbre en todo el mundo.
Mientras no se alcance una solución para detener la invasión rusa, los consumidores van a tener que echar mano del ahorro embalsado para hacer frente a una situación económica excepcional. Otra más. La pandemia y los confinamientos llevó a los ciudadanos españoles a atesorar en cuentas corrientes y depósitos algo más de un billón de euros, según publicó recientemente el Banco de España. Es una cifra histórica que servirá para paliar en parte el disparatado incremento de los precios que se está viviendo en las últimas semanas.
Desde Sofincon también queremos apoyar a los consumidores a la hora de poder afrontar un periodo económico muy difícil que esperemos dure lo menos posible. Nuestra entidad pone a disposición de los ciudadanos la financiación que precisen para poder adquirir los bienes que necesiten. Siempre desde la confianza que Sofincoproporciona a través de su claridad y transparencia en la concesión de créditos al consumo.