La compra de un artículo usado formaba también parte del ámbito de las antigüedades, aunque, en estos casos, el producto en cuestión debía de haber sido fabricado hace años, y contar también con un cierto encanto para los coleccionistas o seguidores de este tipo de mercado.
Gracias a reconocidas aplicaciones de móviles, la venta de artículos de segunda mano se ha popularizado y, lo que es más importante, ha cambiado el trasfondo cultura y social con el que se identificaba a esta actividad. Efectivamente, hace tan sólo unos años, la idea de comprar un artículo de segunda mano se identificaba únicamente con un sector de la sociedad con problemas económicos que no podía acceder a un producto nuevo.
La compra de un artículo usado formaba también parte del ámbito de las antigüedades, aunque, en estos casos, el producto en cuestión debía de haber sido fabricado hace años, y contar también con un cierto encanto para los coleccionistas o seguidores de este tipo de mercado. En este caso, el consumidor no respondía a un perfil económicamente desfavorecido, sino todo lo contrario.
Las aplicaciones de que hablamos han venido, por tanto, a revitalizar un mercado como el de segunda mano, dotándolo de una nueva filosofía más acorde a nuestros días. Según este nuevo criterio social, comprar y volver a utilizar un artículo de segunda mano ya no es la solución para un sector desfavorecido de la sociedad, sino la manera de dotar de una segunda vida a los productos, evitando la fabricación masiva y, por lo tanto, contribuir de este modo a un mundo más sostenible. Ya no es el único recurso para algunas familias, sino la apuesta decidida de una generación concienciada con el sostenimiento del planeta.
En el ámbito del automóvil ocurre algo parecido. La compra de un coche de ocasión o de segunda mano siempre ha sido una opción para amplios sectores de la población en nuestro país. Pero, en las circunstancias actuales, supone también una manera de dotar de una segunda vida a vehículos que todavía pueden ofrecer un servicio eficiente para muchas familias. Como es lógico, la nueva generación de vehículos híbridos y eléctricos suponen la apuesta de futuro para que el parque de automoción nos ayude también a cuidar nuestro planeta. Sin embargo, algo que contaminaría y mucho sería desechar de pronto un parque de vehículos con el consiguiente consumo de materias prima invertido en su fabricación.
De ahí que la mejor opción sea un cambio lento, pero decidido, en la fabricación de productos ecológicamente más respetuosos y, al mismo tiempo, agotar la vida útil de todos esos productos ya elaborados, como forma de contribuir a un ahorro considerable de materiales y esfuerzos.
A lo que antes se le llamaba mercado de segunda mano, ahora se le conoce como economía circular. Más allá de la nomenclatura, lo que queda claro es el compromiso del hombre de hoy por aprovechar mejor todo aquello que se necesita y abandonar el consumir por consumir que hasta hace no mucho, estuvo de moda y que tantos problemas ha provocado a nuestro planeta.